Miércoles 8 de Mayo del 2019 – Evangelio según San Juan 19, 25-27

martes, 7 de mayo de
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Junto a la cruz de Jesús, estaba su madre y la hermana de su madre, María, mujer de Cleofás, y María Magdalena. Al ver a la madre y cerca de ella al discípulo a quien él amaba, Jesús le dijo: «Mujer, aquí tienes a tu hijo.»

Luego dijo al discípulo: «Aquí tienes a tu madre.»  Y desde aquel momento, el discípulo la recibió en su casa.

 

Palabra del Señor


P. Matías Burgui, sacerdote de la Arquidiócesis de Bahía Blanca

Celebramos hoy a María bajo la advocación de Nuestra Señora de Luján, patrona de nuestro querido pueblo argentino, patrona de nuestra patria y también de Uruguay y Paraguay. Por eso esta fiesta litúrgica es una solemnidad, para recordarla especialmente. El evangelio que compartimos hoy, Juan 19, del 25 al 27, nos muestra a María de pie junto a la cruz, junto al dolor de su hijo que se hace entrega. Ella siempre de pie y atenta, como buena madre. Sin embargo, si bien vemos un evangelio que nos muestra la entrega de la cruz, hoy es un día de fiesta, de alegría. ¿Por qué? Porque el Señor nos dejó a su madre como madre nuestra. Te invito a que meditemos algunas ideas que nos pueden ayudar a crecer en el amor a nuestra madre.

En primer lugar, María es madre que acompaña. Si hay algo que nos enseña Dios a lo largo de la historia es que Él no actúa haciendo grandes milagros, no se destaca por el ruido, por el humo, por las luces. Al contrario, cada vez que Dios obra, lo hace siempre en lo sencillo y en lo escondido. Por eso Dios se hace hombre no naciendo en un gran palacio o en el seno de una familia noble, sino más bien en un pobre pesebre, en los brazos de una humilde muchacha de la Palestina del siglo I. Y eso es lo que celebramos hoy, el sí de María. Vos fijate que el milagro de la Virgen de Luján no es hablar mucho. De hecho, María no dice una sola palabra ni tampoco se le aparece a nadie. Todo lo contrario, un pequeño signo se vuelve una gran señal. María, en una pequeña imagen de la Inmaculada Concepción se convierte en un gran signo y nos muestra que quiere quedarse con nosotros. Ella nos quiere cuidar porque es madre, es nuestra madre, de todo el pueblo argentino. Qué lindo esto, ¿no? Porque sabemos a quién acudir cuando tenemos problemas, cuando viene el miedo, cuando llega la angustia, la tristeza, la desesperación. Cómo cuando éramos pequeños, hoy la Virgen nos invita a acudir a ella. Con el signo de quedarse nos abraza y nos consuela. No hace preferencias, María siempre está.

En segundo lugar, María es madre de todos. Es curioso que a las orillas del río Luján, María se haya querido quedar para cuidarnos. ¿Y sabés quién la cuidó durante muchos años? Un esclavo, tuvo ese privilegio el negro Manuel. Él siempre estuvo atento a que la Virgen llegue a todos, a ricos y a pobres. Manuel decía “soy de la Virgen nomás”. Resulta que Manuel había construido un pequeño ranchito para la virgen y todas las noches cuando él se iba a dormir, la despedía. Sin embargo, cuando llegaba a verla por la mañana, encontraba a la virgen llena de rocío y de pasto. Parece ser que ella se escapaba para visitar a sus hijos que, por alguna razón, no podían acercarse. Eso es lo que hace María, te va a buscar. Si Jesús te va a buscar, María también te va a buscar, porque tienen la misma genética. La Virgen siempre se va a aparecer en tu vida. En esos momentos, cuando más mal estamos, un signo, una estampita, una foto una imagen de ella te va a recordar algo: ella es tu madre, te consuela y está con vos.

Por último, María te lleva a Jesús. El Señor es lo más importante. ¿Qué madre no habla de su hijo? Y bueno, María no es la excepción. Siempre que te acercás a ella la respuesta va a ser la misma: “acércate a mi Hijo, acércate a Jesús”. Como decía Juan Pablo II: “A Jesús por María”. Hoy la Virgen te está mostrando eso, el Señor es lo más importante, el más importante es Jesús. Por eso la miramos agradecidos, por tener ese corazón grande, por aceptar ser nuestra madre. Podemos decirle gracias a nuestra madre de Luján por caminar y quedarse entre nosotros. ¿De qué te gustaría darle gracias a María? Qué lindo acercarnos a la madre y dejarnos abrazar y consolar por su amor.

Para terminar te dejo la oración que en todas las misas del país que se celebran hoy, vamos a decir, la oración colecta: “Señor y Dios nuestro, mira a tu pueblo que peregrina en Argentina, y por la intercesión de la santísima Virgen María, en su advocación de Nuestra Señora de Luján, concédele tu ayuda en la vida presente y la salvación eterna en el cielo.”

Que tengas un buen día y que la bendición de Dios, que es Padre, Hijo y Espíritu Santo, te acompañe siempre. Amén.