No teman los que buscan

viernes, 11 de julio de

(Gn 49, 29-32; 50, 15-26a; Sal 104, 1-4. 6-7; Mt 10,24-33)

«El discípulo no es más que el maestro…».

Jesús es el Camino, nadie es más que el Camino.

Desde fuera del camino puede llegar cualquier cosa: amenazas, heridas, tentaciones diversas —palabras, promesas, prosperidades egoístas, omisiones silenciosas o cómplices, experiencias extremas de toda índole—. Pero nada representa un peligro si ya nos hemos entregado y nos mantenemos firmes en nuestra marcha.

Es en lo profundo de nuestro corazón donde se libran las batallas, si lo mantenemos en manos de Dios, Él nos lleva…

Todos los que sienten sed espiritual, los que buscan algo más que las satisfacciones materiales o intelectuales, quienes llevan un hueco en el pecho que no se llena con nada, no tengan miedo, pero sepan que solos no pueden. Ese vacío está ya habitado por Dios, que nos espera.

Por eso, la consciencia de vacío es ya búsqueda de Dios. Para que se expanda y comience su obra en nosotros hay que decirle «sí». A cada paso.