De a ratos soy esto que nada sabe y siente que nada puede. A veces soy esto, un millón de interrogantes sin respuesta, el peso de mis pies y mi mirada triste. De vez en cuando la vida me pesa y mi debilidad me abruma. Cada tanto lo veo todo opaco.
¿Quién diría que soy la misma que se ríe sin parar y ve Vida en cada rincón? ¿Cómo cabe dentro tanta ambigüedad? Soy este contraste, soy en la medida en que asumo mi totalidad, en este abrazar mi sombra y mirar serenamente mis propias asperezas. Vivo unificada cuando acojo también mis ratos de desesperanza. Al fin y al cabo, yo soy esto: duda, miedo, cansancio, desesperanza y debilidad; el resto: la confianza desmedida, la entrega ciega, la alegría profunda, la paz en el caos, la esperanza a contra hora, la ternura en el hacer y en el mirar, la valentía para amar, todo eso es obra tuya. Eso que a menudo me llena sos Vos habitándome, el resto soy yo esperándote.
Al final del camino, habré sido la suma de mis ratos de vacío y los momentos de plenitud en los que te dejé habitar y llenar mi nada con tu todo, la suma de mis sombras y tu luz, seré el contraste. Mi sed y tu Agua siempre nueva, mis búsquedas y tu encontrarme, mis silencios huecos y tu Palabra amante, mi amor tacaño, temeroso, domesticado y tu amor entregado, desmedido, creativo.
Deseo profundamente que en el conteo último, sobreabunde tu Vida por sobre mis muertes cotidianas. Anhelo que cada día haya más en mí de Vos porque ahí siento que soy lo que estoy llamada a ser: reflejo de tu amor. Ojalá muera siendo vasija hueca, llena del Agua de tu fuente, moldeada por el creador.
Agradezco el contraste porque tu luz se hace en mi oscuridad. Te espero. Te diría que no tardes en llegar pero ya no deseo acelerar procesos, transitaré mis noches con serenidad. Confío en que a la hora justa, el Sol se impondrá, tu luz brillará y mi corazón en Vos descansará.