Nunca te acostumbres. No te dejes paralizar por el miedo a no poder lograr algo.
¡Que la indiferencia no sea tu modo de vida! En el fondo siempre tenés deseo de un mundo más igual, una cultura cimentada en la fraternidad, una sociedad menos individualista, un país lleno de buena gente. ¡No los opaques! Si Dios puso eso en tu corazón es porque todo es realizable y de su mano es posible.
Dejate impulsar por esta diferencia entre lo que deseas y lo que realmente sucede, ¡Ponete en movimiento! Aspirá a grandes logros pero no te olvides de dar un paso por vez, pasos pequeños y otros más grandes, todo suma.
¡No te quedes quieto! Desde tu lugar,tu entorno y tu circunstancia ¡vos también podés crear un mundo más a lo Dios!
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