Desde hace algunos años el cine ha sufrido un cambio muy importante, que tiene que ver con la manera de consumir películas, series y documentales y que llegó para quedarse de la mano de internet y las comunicaciones. Es que no hace falta salir de nuestros hogares para poder acceder a ellos y, sin lugar a dudas, se ha exponenciado en estos tiempos de cuarentena el acceso a plataformas de streaming. Y el caso es que con la recomendación de hoy, esto se evidencia sobremanera. “Milagro en la celda 7” es la película ejemplo del momento que conmueve y emociona encabezando el ranking de los más vistos en nuestro país. Del director turco Mehmet Ada Öztekin estrenado en 2019 en Asia, no se trata de una original de Netflix. Es el remake de una película coreana con el mismo nombre estrenada en 2013. Fue agregada al catálogo el pasado 13 de marzo, y hasta el momento ha generado un mar de lágrimas entre los espectadores que ya la han visto.
De género melodramático, la historia está cargado de emociones que calan profundamente nuestros corazones. Relata la vida de Memo un padre con discapacidad intelectual que vive feliz junto a su pequeña hija Ova y su abuela en un pueblito de Turquía. Todo se viene abajo cuando Memo es acusado y arrestado inocentemente por la muerte de la niña de un militar de alto rango como consecuencia de un accidente. Al ser separado, Ova buscará probar su inocencia y Memo desde la cárcel en su celda encontrará aliados que intentarán ayudarlo antes de su ejecución con pena de muerte.
Los puntos altos se encuentran en el guión, donde los personajes están muy bien contrastados dentro de un contexto socio político en Turquía más que interesante y la gran interpretación de los personajes principales especialmente el de Memo.
Me es imposible no hacer un paralelo en torno al amor de Dios reflejado en su Hijo Jesús. Creo que Dios nos habla con esta historia. Al correr la película, veremos como Memo al irrumpir en la vida de las personas con quienes va teniendo cercana relación va transformando sus vidas. Se ve ese amor tan puro lleno de bondad y alegría que perdona fácilmente sin importar cuanto lo despreciaron, cuanto lo insultaron, cuanto lo agredieron, cuanto lo lastimaron, que sabe reconocer y apreciar lo bello de las personas y las cosas que le rodean. Un pastor que les pone nombre a cada una de sus ovejas recordándolos en sus días de encierro, que es feliz viendo las aves volar en libertad, que mira constantemente al cielo, que se refugia en su madre y abraza con todas las fuerzas a su amada hija. Ese amor pleno que solo en Dios podemos encontrarlo y vemos reflejados en nuestros amigos y familiares que nos abrazan con alegría y calidez aun en las distancias, pero más aún en estos días. Ese amor también lo veremos magnificado en esas personas que están al frente de la batalla en esta pandemia.
Todos somos pecadores y no hay mejor ejemplo de esto cuando Memo es encerrado en la celda 7 y aclaro enfáticamente que la alegoría es simplemente simbólica. El hecho de que sea encerrado con personas con un prontuario de acciones equivocadas en sus vidas en todos los sentidos, ensimismados en sus pensamientos y beneficios, que incluso lo han golpeado hasta el cansancio, su presencia los ha transformado por completo en amor a cada uno, al punto de ayudarlo, viendo que no podía por su cuenta y hasta entregarse por él sin importar las consecuencias. El milagro ocurre en sus corazones.
La injusticia abunda en la película, iniciándose desde que Memo es encarcelado y condenado a pena de muerte a causa de un accidente que no cometió. Esto lleva a que su pequeña hija, Ova, se vea obligada a intentar probar la inocencia de su padre. Ella creyó que su padre era inocente al hablar con un testigo directo del accidente y en todo el transcurso de la historia mantiene intacta su esperanza de que algún día verá a su padre en libertad. “La esperanza es lo último que se pierde” y se lo ve en la ternura e inocencia de una niña.
Te invito a que la veas pero asegurate de tener a mano una caja de pañuelos porque vas a necesitarlo, no importa qué tan duro de lágrimas seas. Tendrás que disponer de 2 horas y cuarto sin interrupciones.
Al finalizar inevitablemente estamos llamados a reflexionar sobre los puntos mencionados: el amor, los milagros diarios, la fe y la esperanza.
https://youtu.be/W2CKOn6UPh8