En la recomendación para la semana presentamos esta maravillosa película del director mundialmente reconocido, Martin Scorsese. Fiel a su manera de contar historias, tal vez la menos caótica y agresiva, pero manteniendo su estilo, “Silence” o “Silencio” es una película que salió a la luz en 2014. Este drama, épico-religioso cuenta con el elenco de Andrew Garfield (The Amazing Spider-Man, 2012), Adam Driver (Historia de un matrimonio, 2019) y Liam Neeson (Búsqueda implacable, 2008). Técnicamente hablando veremos unas fotografías brutales en contraste con la crudeza humana reflejada por la trama, contada de manera impecable por un grande que sabe cómo y que obviamente contó con un enorme presupuesto.
Por lo general, las películas intentan adaptarse al público para hacerlas más taquilleras pero especialmente con ésta película la encuentro profundamente personal en su manera de ser contada por el director, donde él mismo declaró que se trata de un proyecto apasionado que lo pospuso por más de 20 años. Y la verdad es que nada tiene de azar teniendo en cuenta que el propio Scorsese siendo joven, ingresó a un seminario para la formación sacerdotal, por la vida activa de sus padres devotamente católicos pero que luego decidió abandonar.
Es una adaptación basada en la novela homónima escrita en 1966 por el japonés y católico Shūsaku Endō, Silencio. Está ambientada en el Japón del siglo XVII contando la historia de dos sacerdotes misioneros jesuitas que viajan de Portugal hasta Japón para misionar y para localizar al Padre Ferreira, mentor de ellos que se encuentra desaparecido. En el arribo a tierras japonesas encontraran una comunidad católica local que profesa la fe en secreto luego de los martirios llevados a cabo en 1633 por el entonces “gobierno japonés”, que consideraban la fe cristiana como prohibida. Ésta película es tan especial porque realmente transmite de una manera tan genial el fervoroso amor por Cristo llevado hasta el extremo en un contexto totalmente hostil y el abordaje sobre la fe en sí misma, desde la figura de Cristo que nos redimió, entregándose en cuerpo y alma.
Remueve por días, meses, años, hasta lo más hondo, se queda clavada invitando a interiorizar en el contexto histórico que fue real, y a la reflexión personal con todos estos condimentos y matices que se reflejan en la película sobre la demostración de fe y amor por Cristo, por Dios, sobre las misiones, sobre discernimiento en ejercicios espirituales (¿Lo notaste?). También aparece San Francisco Javier, misioneros jesuitas, desesperación, la culpa y la redención, misas en catacumbas, mártires. Plantea el silencio de Dios, y también la manera como la comunidad local y los jóvenes misioneros deciden vivir en silencio su fe, por obligación, ya que hasta el último momento de las vidas de los personajes, nunca la abandonan.
Esta historia, narrada en “Silencio, nos lleva a un mayor amor a la Iglesia y a la eucaristía. Nos habla de tantos cristianos que esperamos en Dios, e intentamos seguirlo, a veces, por un camino de Via Crucis sintiendo que Dios guarda silencio pero sabiendo que estará por siempre acompañando cada paso.
Realmente vale la pena verla y, si ya la viste, te invito a que la veas de nuevo porque en un segundo visionado se aprecian mejor todos los condimentos y matices que se reflejan y que se pasan por alto.
¿Qué opinas de la siguiente frase? “Fue en el silencio donde escuché su voz”. Te invito a que nos dejes tu comentario más abajo.
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