Primavera de vida, vida en abundancia

lunes, 21 de septiembre de
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Como las hojas en otoño, a veces nos sentimos secos, nuestra vida no tiene colores y se torna gris. Parece que el alma se asfixia y no puede respirar el aire cálido de primavera.

Pero en otoño no todo es frío, en esas tardes de sol cálidas nos demostrás que seguís ahí con nosotros.

Pero seguimos ahí, con esa aridez que nos hace estar sedientos de tu gracia. Pasa el tiempo, el invierno crudo parece que nunca acaba, y llega la primavera, cuando menos lo esperaba. Porque vos Señor, no defraudás, hacés nuevas todas las cosas (Ap. 21, 5).

Con la primavera vuelve la vida y volvemos a la vida.

En esos tiempos de invierno ¿Cuánto ansiábamos, después de tanto camino, llegar a esa fuente de agua de vida? (Jn. 4,14)

Gracias Señor por traer la primavera a nuestra vida, por darnos vida en abundancia.