¿Quién seré yo?
¿Qué haré con lo que se me ha regalado?
¿Sabré entregarlo?
¿Correré el riesgo o me acurrucaré en mis seguridades?
¿Me dejaré interpelar o me creeré ya convertida?
¿Sabré mirar el dolor y la vida más allá de mí o me limitaré a encasillar?
¿Me animaré a dialogar u optaré una vez más por callar?
¿Quién seré yo, Señor? ¿Te dejaré ser en mí?
¿Te sabré ver en otros?
¿Estaré contigo al pie de la cruz o me avergonzaré?
¿Buscaré tu voluntad o mi gloria?
¿Te dejaré hablarme? ¿Seré capaz de escucharte?
¿Aceptaré tu perdón o me sentenciaré culpable y me auto infringiré el castigo?
¿Qué haré, Señor? ¿Te dejaré ser dueño de mis días?