Señor, elegiste la casa de tus amigos como antesala al camino de la pasión.
Amigos con quienes reposar el cuerpo y el corazón,
con quienes celebrar la nueva vida de Lázaro,
y tomar fuerza para lo que viene.
Gracias por querer venir con nosotros.
Por elegirnos también, como lugar familiar
donde descansar y celebrar la vida cotidiana.
Dejame romper mi frasco: el de lo mejor de mí,
el de mi amor más puro y auténtico,
escondido detrás del miedo y de las corazas.
Que pueda romper el frasco de mis prejuicios,
el de la indiferencia y la comodidad.
Romper el frasco para derramar mi mejor perfume,
el que sólo yo puedo aportar al mundo,
el que me diste y estás esperando hace tiempo.
Romper el frasco para que la casa se llene de tu perfume,
el del “amor hasta el extremo”, el de la misericordia que pone de pie,
el de la amistad que acompaña y alienta hasta el final,
el del amor que siempre es más fuerte que la muerte.