Sábado 03 de Junio de 2023 – Evangelio según san Marcos 11, 27-33

viernes, 2 de junio de
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Después de haber expulsado a los vendedores del Templo, Jesús volvió otra vez a Jerusalén. Mientras Jesús caminaba por el Templo, los sumos sacerdotes, los escribas y los ancianos se acercaron a Él y le dijeron: «¿Con qué autoridad haces estas cosas? ¿O quién te dio autoridad para hacerlo?»Jesús les respondió: «Yo también quiero hacerles una sola pregunta. Si me responden, les diré con qué autoridad hago estas cosas. Díganme: el bautismo de Juan, ¿venía del cielo o de los hombres?»Ellos se hacían este razonamiento: «Si contestamos: “Del cielo”, Él nos dirá: “¿Por qué no creyeron en Él? ¿Diremos entonces: “De los hombres?”» Pero como temían al pueblo, porque todos consideraban que Juan había sido realmente un profeta, respondieron a Jesús: «No sabemos.»Y Él les respondió: «Yo tampoco les diré con qué autoridad hago estas cosas.»

Palabra del Señor

Padre Sebastian Garcia

Los sumos sacerdotes, los escribas y los ancianos no le imputan tanto a Jesús el hecho de la expulsión de los mercaderes cuanto poder saber con qué autoridad lo hace. En definitiva, la pregunta es quién es Jesús para hacer eso.

Jesús les devuelve la pregunta poniéndoles un dilema. Como ellos no se juegan en responder, Jesús se guarda su respuesta para aquellos que sí.

Sin embargo, el tema de la autoridad vuelve a ser capital en este texto. Autoridad viene de “auctor”, es decir, autor. Entonces nosotrossebemos y confesamos que Jesús tiene autoridad porque es el autor de la Vida.

La vida de Jesús, enviado por el Padre y por la fuerza del Espíritu Santo, engendra Vida. La vida de Jesús nos hace libres, rompe las ataduras del pecado, del mal, de la oscuridad y de la muerte. Es el triunfo de la Vida que se hace presente para que nunca más gane la Muerte. Es aquel capaz de hacer nuevas todas las cosas y renovar con su gracia nuestro corazón. Por eso puede enseñar y expulsar a los vendedores del templo: porque su Palabra no se contamina con nada del mundo ni se ata a ninguna Ley que oprime.

De esta manera, también expulsa el mal: porque es la Vida que viene a imponerse frente a la cultura del descarte y de la Muerte. Jesús realiza lo que nadie puede hacer: darnos verdadera libertad para no atarnos ni a leyes, ni ritos, ni observancias, ni rituales vacíos, ni repeticiones monótonas que no pueden engendrar libertad y por tanto no tienen valor salvífico. Jesús viene a dar sentido definitivo a nuestra vida. Jesús viene a ser nada más ni nada menos que el autor de nuestra libertad. Y allí radica su autoridad.

Comenzando este mes de junio te regalo estas palabras de nuestro fundador: “Divino Corazón, quieres ser mi corazón. Esa es tu voluntad. Sí, sí. lugar a lo que es debido. Viejo corazón, cédele lugar al Corazón de Jesús. Viejo corazón, desaparece para siempre. Demasiado has reinado: Corazón de Jesús, toma el lugar, no quiero negarte nada. Corta, quema, ¡recibe!. Dame amarte: es suficiente. Amén. Amén” San Miguel Garicoïts.

¡Dale autoridad a Jesús! y dale la autoridad de toda tu vida. Porque con Él no vamos a fallar nunca. Él no nos falla. él está siempre. Y su autoridad nos salva.