Jesús recorría todas las ciudades y los pueblos, enseñando en las sinagogas, proclamando la Buena Noticia del Reino y curando todas las enfermedades y dolencias. Al ver a la multitud, tuvo compasión, porque estaban fatigados y abatidos, como ovejas que no tienen pastor. Entonces dijo a sus discípulos: “La cosecha es abundante, pero los trabajadores son pocos. Rueguen al dueño de los sembrados que envíe trabajadores para la cosecha.” Jesús convocó a sus doce discípulos y les dio el poder de expulsar a los espíritus impuros y de curar cualquier enfermedad o dolencia. “Vayan, en cambio, a las ovejas perdidas del pueblo de Israel. Por el camino, proclamen que el Reino de los Cielos está cerca. Curen a los enfermos, resuciten a los muertos, purifiquen a los leprosos, expulsen a los demonios. Ustedes han recibido gratuitamente, den también gratuitamente.”
Ya transitando el tiempo del adviento, en donde se nos promete encuentro y nos invita a estar despiertos recibimos la Palabra de Vida que nos viene de Jesús.
El Evangelio de Mateo cargado de dinamismo quisiera resaltar algunos verbos que indican el dinamismo del texto de hoy que nos presenta a Jesús recorriendo, compadecido, convocando, revistiendo y enviando.
Si nos dejamos animar por el texto bueno sería pedir a Jesús que su venida nos encuentre en esta actitud en salida como dice el Papa Francisco, cuantas veces las transitamos a las realidades pero necesitamos que estén cargadas de la actitud de Jesús…
Y es ahí donde aparece clara la actitud de compadecerse. Estamos en el capítulo 9 de San Mateo en el 7, el 8 y el mismo 9 ha dedicado buen tiempo a aliviar, sanar a cuantos lo necesitan y luego de ese recorrido se compadece. Estaría bueno que pensemos que hacemos después de un largo transitar. Que prima en nuestro corazón?! Nos compadece haber constatado tanta necesidad o venimos con hastío de nuestra propia insatisfacción?!
Y así llegamos a la tercera parte de hoy donde a sus discípulos Jesús los convoca, fortalece y envía a prolongar su obra de aliviar.
Si el adviento está cargado de presencia por el Seño que se acerca es bueno pensar que no solo nos quiere espectadores, también nos piensa instrumentos y como en los últimos versículos del Evangelio de hoy quiere visitar a su Pueblo contando con nosotros.
Animados entonces por el encuentro con Jesús en su Palabra, vayamos a ser signos de su presencia viva aliviando a cuantos nos envía.
Dios te bendiga.