Sábado 1 de Febrero del 2020 – Evangelio según San Marcos 4,35-41

viernes, 31 de enero de
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Al atardecer de ese mismo día, les dijo: “Crucemos a la otra orilla”.

Ellos, dejando a la multitud, lo llevaron a la barca, así como estaba. Había otras barcas junto a la suya.

Entonces se desató un fuerte vendaval, y las olas entraban en la barca, que se iba llenando de agua.

Jesús estaba en la popa, durmiendo sobre el cabezal.

Lo despertaron y le dijeron: “¡Maestro! ¿No te importa que nos ahoguemos?”. Despertándose, él increpó al viento y dijo al mar: “¡Silencio! ¡Cállate!”. El viento se aplacó y sobrevino una gran calma.

Después les dijo: “¿Por qué tienen miedo? ¿Cómo no tienen fe?”.

Entonces quedaron atemorizados y se decían unos a otros: “¿Quién es este, que hasta el viento y el mar le obedecen?”.

 

Palabra de Dios


Padre Gustavo Gatto sacerdote de la Diócesis de Villa María

 

Seguimos compartiendo el evangelio de Marcos, hay una invitación de Jesús a los discípulos, que hoy también queremos que sea de nosotros, vamos a la orilla.

Muchas veces hemos pensado, se nos ha transmitido que la fe nos da seguridad, que son una especie de verdades de estructuras que nos otorgan una seguridad absoluta en la vida. Y precisamente es la fe en Cristo resucitado, tiene un toque, tiene una pizca digamos, grande de incerteza.

La seguridad es, que Dios nos ama, que está con nosotros, que no nos abandona aunque parezca dormido, pero la incerteza porque la fe en Jesucristo nos invita siempre a salir, a ir hacia adelante, a cruzar a la otra orilla. Como dicen hoy los psicólogos, a sacarnos de la zona de confort. La fe en Jesucristo, nos regala el Espíritu Santo para que podamos discernir la presencia de Dios en lo cotidiano, en lo que tantas veces no es tan fácil distinguir entre blanco y negro, saber por donde pasa el Señor y por donde nos invita a caminar.

Pasemos a la otra orilla, no tengamos miedo, es la invitación que nos hace el Señor en este día. ¡Que tengas un hermoso fin de semana!