Les aseguro que si el grano de trigo que cae en la tierra no muere, queda solo; pero si muere, da mucho fruto. El que tiene apego a su vida la perderá; y el que no está apegado a su vida en este mundo, la conservará para la Vida eterna. El que quiera servirme que me siga, y donde yo esté, estará también mi servidor. El que quiera servirme, será honrado por mi Padre.
Hoy en el día que junto a la Iglesia celebramos la fiesta de San Lorenzo diácono y mártir. El evangelio nos propone la dinámica del grano de trigo. La perspectiva del grano de trigo que cae en tierra y muriendo de fruto.
Vivimos en un mundo donde permanentemente se nos invita a buscarnos a nosotros mismos, el horizonte de la vida es nuestra propia felicidad entendida como bienestar y como placer. Y el evangelio nos invita amándonos en la justa medida a nosotros mismos, vivir en la entrega permanente a los demás.
El amor como esta dinámica, de salida de uno mismo hacia los demás, el amor como paradigma de la cruz, dar la vida por el otro. Esta es la invitación contra corriente, contra cultural pero, el Señor nos asegura frutos y vida eterna en la dinámica del grano de trigo.
Que tengas un hermoso fin de semana.
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