Sábado 11 de Abril del 2020 – Evangelio según San Mateo 28,1-10

jueves, 9 de abril de
image_pdfimage_print

Pasado el sábado, al amanecer del primer día de la semana, María Magdalena y la otra María fueron a visitar el sepulcro.

De pronto, se produjo un gran temblor de tierra: el Angel del Señor bajó del cielo, hizo rodar la piedra del sepulcro y se sentó sobre ella. Su aspecto era como el de un relámpago y sus vestiduras eran blancas como la nieve.

Al verlo, los guardias temblaron de espanto y quedaron como muertos.

El Angel dijo a las mujeres: “No teman, yo sé que ustedes buscan a Jesús, el Crucificado. No está aquí, porque ha resucitado como lo había dicho. Vengan a ver el lugar donde estaba, y vayan en seguida a decir a sus discípulos: ‘Ha resucitado de entre los muertos, e irá antes que ustedes a Galilea: allí lo verán’. Esto es lo que tenía que decirles”.

Las mujeres, atemorizadas pero llenas de alegría, se alejaron rápidamente del sepulcro y fueron a dar la noticia a los discípulos.

De pronto, Jesús salió a su encuentro y las saludó, diciendo: “Alégrense”. Ellas se acercaron y, abrazándole los pies, se postraron delante de él.

Y Jesús les dijo: “No teman; avisen a mis hermanos que vayan a Galilea, y allí me verán”.

Palabra de Dios

Padre Gustavo Gatto sacerdote de la Diócesis de Villa María

 

Estamos transitando esta Semana Santa tan especial, pero quizá para muchos de nosotros profunda, distinta, más sentida…. recuperando las cuestiones esenciales. Quizás, sacando aquella cosa que habíamos transformado en una tradición o en una evasión y metiéndonos en lo importante.

Y hoy sábado no hay evangelio del día, porque no hay liturgia propia del día Sábado. Estarán las tantas lecturas, desde la vigilia vigilia del Sábado de Gloria, de la vigilia pascual, que ya es el preludio del Domingo, que nos hablan de este “paso”, pero propiamente no hay evangelio del día porque hoy, Jesús, ¡está muerto!.

Es como que el mundo y el tiempo se detienen, ¡a la espera! Y este icono, esta imagen de Jesús muerto y del mundo es un espejo de lo que hoy estamos viviendo. ¡Hoy estamos así!

Un poco muertos, sufriendo, enfermo, vulnerables, ¡a la espera! A la espera de una pascua. A la espera de una sanación, de una vacuna, de una salida. Pero también, a la espera una pascua más profunda, de que de verdad algo cambie, de que el post coronavirus no sea lo mismo, que haya una novedad de vida, una verdadera pascua. Y así estamos… a la espera.