Sábado 12 de enero – Evangelio según San Juan 3,22-30

viernes, 11 de enero de
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Después de esto, Jesús fue con sus discípulos a Judea. Permaneció allí con ellos y bautizaba.

Juan seguía bautizando en Enón, cerca de Salim, porque había mucha agua en ese lugar y la gente acudía para hacerse bautizar.

Juan no había sido encarcelado todavía.

Se originó entonces una discusión entre los discípulos de Juan y un judío, acerca de la purificación.

Fueron a buscar a Juan y le dijeron: “Maestro, el que estaba contigo al otro lado del Jordán y del que tú has dado testimonio, también bautiza y todos acuden a él”.

Juan respondió: “Nadie puede atribuirse nada que no haya recibido del cielo.

Ustedes mismos son testigos de que he dicho: ‘Yo no soy el Mesías, pero he sido enviado delante de él’.

En las bodas, el que se casa es el esposo; pero el amigo del esposo, que está allí y lo escucha, se llena de alegría al oír su voz. Por eso mi gozo es ahora perfecto. Es necesario que él crezca y que yo disminuya.

 

Palabra de Dios


Padre Gustavo Gatto sacerdote de la Diócesis de Villa María

 

El evangelio de hoy nos presenta una hermosa figura del discípulo de Jesús en la persona de Juan Bautista.

Juan Bautista se define asi mismo como el amigo del esposo.

Juan Bautista tiene muy claro:

  • que es bien necesario que Jesús es el que debe crecer.
  • que es Jesús es la figura importante.

En la vida de la Iglesia, el Papa Francisco nos está invitando muchas veces a una Iglesia en salida, a una Iglesia que no sea autorreferencial, que no se mire así misma, sino que mirando a Jesús y mirando al pueblo, mirando la realidad, pueda ser forjadora de encuentro.

Es necesaria esta humildad evangélica para darnos cuenta que el centro de la vida de la Iglesia es Jesucristo y el reino.

Que nosotros también nos podamos descubrir como los amigos del esposo.

Como aquellos que acompañan al encuentro.

Que son aquellos que forjan el encuentro.

Que son aquellos que acompañan, pero que lo importante es esa relación, ese encuentro que se da entre el Señor y cada una de las personas a las que le anunciamos el reino de Dios

Como Juan nosotros también decimos: ¡Es necesario que El crezca!