Sábado 13 de Noviembre de 2021 – Evangelio según San Lucas 18,1-8

viernes, 12 de noviembre de
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Jesús enseñó con una parábola que era necesario orar siempre sin desanimarse: “En una ciudad había un juez que no temía a Dios ni le importaban los hombres; y en la misma ciudad vivía una viuda que recurría a él, diciéndole: ‘Te ruego que me hagas justicia contra mi adversario’. Durante mucho tiempo el juez se negó, pero después dijo: ‘Yo no temo a Dios ni me importan los hombres, pero como esta viuda me molesta, le haré justicia para que no venga continuamente a fastidiarme'”.Y el Señor dijo: “Oigan lo que dijo este juez injusto. Y Dios, ¿no hará justicia a sus elegidos, que claman a él día y noche, aunque los haga esperar? Les aseguro que en un abrir y cerrar de ojos les hará justicia. Pero cuando venga el Hijo del hombre, ¿encontrará fe sobre la tierra?”.

 

 

Palabra de Dios

 

 

El Señor en el Evangelio nos exhorta sobre la importancia de orar siempre con el ejemplo de la viuda que en todo momento pedía al juez que le haga justicia cediendo ante tanta insistencia. Pero al final del Evangelio Jesús pregunta “Cuando venga el Hijo de Hombre ¿Encontrara fe en la tierra?”.

¿Cómo te sentís a esta altura del año? A esta altura del año seguramente nos encontramos muy cansados por tantas cosas que han pasado. Un año donde todavía nos tenemos que seguir acomodando a los ritmos nuevos e intensos que nos dio la Pandemia. Pero a pesar de todo, la Palabra de Dios nos vuelve a centrarnos en lo importante para no perder la paz y la calma. Esas cosas importantes son la oración perseverante y la fe, dos cosas que están relacionadas

íntimamente y que nos ayudan a seguir a adelante. En cierto sentido en la oración y la fe podemos descansar, nos podemos sentir seguros y con aires, nos hacen tener esperanzas. Es importante que podemos sobrellevar todo lo que vivimos con oración y con fe. Recordemos las palabras de Jesús cuando nos dijo “Vengan a mi todos los que están cansados y agobiados, que yo los aliviare”. La oración y la fe nos recuerdan que Dios está presente para escucharnos y para que vamos a sus brazos a recuperar la fuerzas que nos faltan para seguir adelante.

Que el Señor Jesús pueda encontrar en nosotros personas de oración y de fe.