Jesús dijo a sus discípulos: «Si el mundo los odia, sepan que antes me ha odiado a mí. Si ustedes fueran del mundo, el mundo los amaría como cosa suya. Pero como no son del mundo, sino que yo los elegí y los saqué de él, el mundo los odia.
Acuérdense de lo que les dije: el servidor no es más grande que su señor. Si me persiguieron a mí, también los perseguirán a ustedes; si fueron fieles a mi palabra, también serán fieles a la de ustedes. Pero los tratarán así a causa de mi Nombre, porque no conocen al que me envió.»
Seguimos compartiendo el evangelio de Juan. Jesús, dirigiéndose a sus discípulos (también a nosotros que lo somos) nos dice que así como el mundo lo ha perseguido a Él, también nos perseguirá a nosotros, que nosotros no somos del mundo. Sin duda que tendremos que interpretar bien estas palabras. No se trata de vivir en una fuga de la realidad, huyendo de la realidad, no se trata de despreciar a las cosas de esta vida, sino que se trata de descubrir que en el evangelio de Juan cuando se habla del mundo, se habla de lo opuesto al reino de Dios, lo opuesto al evangelio.
Los criterios que se oponen al evangelio, no se refiere a lo material, sino a los criterios que se oponen al plan del reino de Dios. Nosotros tenemos que vivir como discípulos de Jesús. Sin duda que cuando vivimos con los criterios del evangelio, muchas veces vamos a contracorriente. Sin ánimo de de pelear, ni encontrando enemigos donde no están, sino viviendo simplemente el testimonio del evangelio. Seguirlo a Cristo significa vivir con los pies en la tierra, pero con los criterios del reino de Dios. Que tengas un hermoso fin de semana.
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