Sábado 18 de Abril del 2020 – Evangelio según San Marcos 16,9-15

jueves, 16 de abril de
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Jesús, que había resucitado a la mañana del primer día de la semana, se apareció primero a María Magdalena, aquella de quien había echado siete demonios.

Ella fue a contarlo a los que siempre lo habían acompañado, que estaban afligidos y lloraban. Cuando la oyeron decir que Jesús estaba vivo y que lo había visto, no le creyeron.

Después, se mostró con otro aspecto a dos de ellos, que iban caminando hacia un poblado. Y ellos fueron a anunciarlo a los demás, pero tampoco les creyeron.

En seguida, se apareció a los Once, mientras estaban comiendo, y les reprochó su incredulidad y su obstinación porque no habían creído a quienes lo habían visto resucitado.

Entonces les dijo: “Vayan por todo el mundo, anuncien la Buena Noticia a toda la creación.”

Palabra de Dios

P. Gustavo Gatto sacerdote de la Diócesis de Villa María

 

Estamos en esta octava de Pascua, está gran semana, cómo si fuese un solo día que celebramos la resurrección de Jesús, que Jesús está vivo.

Aún en medio de está situación tan difícil, tan particular, tan dolorosa que estamos viviendo.

Y el evangelio de hoy, de Marcos, en el último capítulo dieciséis, nos iluminan esta situación porque Jesús le aparece a María de la que había echado varios demonios, se aparece a dos discípulos que iban al campo, quizá una referencia porque no a los discípulos de Emaús u otros discípulos que se habían alejado. Y estos a la vez transmiten el testimonio a otros discípulos que no creen, el evangelio dice que, los discípulos cuando reciben la noticia y la novedad de Jesús vivo están de duelo, llorando, tienen el corazón duro, les cuesta creer y aún en medio de esa situación el resucitado a consolando, va convenciendo y los va enviando, va haciendo pregoneros portavoces, presencia de esta resurrección, testimonios de esta resurrección de Jesús.

En medio de esta situación nosotros también lloramos, en esta situación vivimos duelos, incertidumbres a veces se nos cierra el corazón, pero el Señor nos va consolando, nos va convenciendo y nos va invitando a ser testigos de la resurrección, una cadena de testimonio de que Jesús está vivo, aún en medio de la incredulidad, aún en medio del dolor y del llanto.

Que tengas un lindo sábado.