Refiriéndose a algunos que se tenían por justos y despreciaban a los demás, dijo también esta parábola: “Dos hombres subieron al Templo para orar: uno era fariseo y el otro, publicano.
El fariseo, de pie, oraba así: ‘Dios mío, te doy gracias porque no soy como los demás hombres, que son ladrones, injustos y adúlteros; ni tampoco como ese publicano. Ayuno dos veces por semana y pago la décima parte de todas mis entradas’.
En cambio el publicano, manteniéndose a distancia, no se animaba siquiera a levantar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: ‘¡Dios mío, ten piedad de mí, que soy un pecador!’.
Les aseguro que este último volvió a su casa justificado, pero no el primero. Porque todo el que se ensalza será humillado y el que se humilla será ensalzado”.
Que cuaresma tan especial que estamos transitando en todo el mundo.
¡Yo aquí en Italia, ustedes en Argentina!
¡Una cuaresma donde la realidad se nos ha convertido en un desierto.
Y hoy el evangelio nos presenta a estos 2 hombres como modelo de vida y modelo de presentarnos ante Dios:
Creo que, si tantas cosas nos han enseñado, no enseña esta situación que estamos viviendo de pandemia, es: ques débiles, que somos frágiles y que somos vulnerables.
Esta situación del mundo y de cada uno de nosotros, no hace descubrirnos como el publicano: pequeño, frágiles y necesitados de Dios
Y así nos presentamos ante el Señor, con la certeza de que como el publicano, Dios nosjustificará, son salvará, nos sanará y llenará de esperanza.
Que tengas un hermoso tiempo de cuaresma, de cuarentena y de espera de la pascua.
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