Al llegar a la región de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos: “¿Qué dice la gente sobre el Hijo del hombre? ¿Quién dicen que es?”.
Ellos le respondieron: “Unos dicen que es Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, Jeremías o alguno de los profetas”. “Y ustedes, les preguntó, ¿quién dicen que soy?”.
Tomando la palabra, Simón Pedro respondió: “Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo”.
Y Jesús le dijo: “Feliz de ti, Simón, hijo de Jonás, porque esto no te lo ha revelado ni la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en el cielo.
Y yo te digo: Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder de la Muerte no prevalecerá contra ella.
Yo te daré las llaves del Reino de los Cielos. Todo lo que ates en la tierra, quedará atado en el cielo, y todo lo que desates en la tierra, quedará desatado en el cielo”.
Sábado 22
Hoy celebramos la cátedra de San Pedro.
Les comparto este mensaje por providencia de Dios en Roma, en este momento al frente de la basílica de San Pedro y está fiesta que hoy celebramos nos invita a poner nuestra confianza en el Señor, que ha querido dejar a Pedro como la roca, como aquel que nos confirme en la fe y en la caridad.
Le ha dado a la Iglesia un poder, que no es un poder mundano, que no es el poder de los ejércitos, que no es el poder de las multinacionales, sino que es el poder del espíritu, un poder que se nos manifiesta sobre todo en la debilidad, la sencillez, en el amor en el servicio. En en servicio que la Iglesia le presta al mundo de hoy, que es ofreciéndole el sentido que nos da Jesús.
Hoy en esta fiesta confirmamos nuestra adhesión total, de corazón al sucesor de Pedro, al papa Francisco, a este argentino que ha sido elegido por el espíritu como aquel que nos confirme en la fe nos invita a vivir en estos tiempos el discipulado de Jesús, en una Iglesia en salida, en una Iglesia que es hospital de campaña, en una iglesia que sale al encuentro de todos, que abre los brazos, en una Iglesia que se pone al servicio, en una iglesia que una vez más deja de lado el poder como dominación para vivir el poder como servicio, como lo ha hecho tantas veces en la historia estos dos mil años.
Una vez más confirmamos nuestra adhesión a Pedro: ” Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mí Iglesia”.
Que tengas un hermoso fin de semana.
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