Sábado 23 de Julio de 2022 – Evangelio según san Mateo 13, 24-30

martes, 5 de julio de
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Jesús propuso a la gente otra parábola: «El Reino de los Cielos se parece a un hombre que sembró buena semilla en su campo; pero mientras todos dormían vino su enemigo, sembró cizaña en medio del trigo y se fue. Cuando creció el trigo y aparecieron las espigas, también apareció la cizaña. Los peones fueron a ver entonces al propietario y le dijeron: “Señor, ¿no habías sembrado buena semilla en tu campo? ¿Cómo es que ahora hay cizaña en él?” El les respondió: “Esto lo ha hecho algún enemigo”. Los peones replicaron: “¿Quieres que vayamos a arrancarla?” “No, les dijo el dueño, porque al arrancar la cizaña, corren el peligro de arrancar también el trigo. Dejen que crezcan juntos hasta la cosecha, y entonces diré a los cosechadores: Arranquen primero la cizaña y átenla en manojos para quemarla, y luego recojan el trigo en mi granero.”»

 

 

 

Palabra del Señor

Padre Santi Obiglio | Sacerdote de la Arquidiócesis de Buenos Aires

 

 

 

Buenas. Soy Santi Obiglio, sacerdote de Buenos Aires. Te invito a compartir este rato con Dios buscándolo en su Palabra.

En otras ocasiones, escuchamos la insistencia de Jesús en “vigilar”, “permanecer despiertos”, para reconocer a Dios que llega, para no dejarse atrapar por la tentación. Hoy puede pasar desapercibido ese detalle, porque la parábola cuenta de un campo en el que Dios echó buena semilla y el enemigo sembró cizaña, pero cuando nos detenemos en el texto descubrimos esta curiosidad, no fue en cualquier momento que el mal espíritu metió su cizaña, fue mientras dormían: “Mientras todos dormían, vino su enemigo, sembró cizaña en medio del trigo y se fue”.

El mensaje esencial de la parábola, podríamos decir que se trata de discernir, distinguir, qué es de Dios y qué del enemigo, cuál es el trigo y cuál la cizaña, sabiendo que crecen juntas, y que a veces se necesita tiempo para que se diferencien.

Pero hoy te quiero enfocar en el paso anterior, casi como rezando con una “prevención” de la cizaña en nuestro campo…

– ¿Cuál es el trigo en tu vida? ¿Cuáles son esas semillas buenas, esas gracias, esos regalos que Dios te hizo, te hace… que disfrutás, que le dan sentido a tu presente, que te ayudan a vivir cotidianamente, que alegran cada paso…?

– Y ahora, tal vez puedas preguntarte, ¿cómo cuidás ese campo, cómo protegés esas semillas, cómo vigilás esos brotes? Porque si nos dormimos, si nos descuidamos, la cizaña va a venir; pero tal vez, si descubrimos cómo cuidar, sostener, esas gracias, logremos prevenir la invasión cizañera.

Terminá tu oración alabando a Dios por los regalos del Reino en nuestra historia, pidiéndole luz para cuidarlos y paciencia y valentía para enfrentar la cizaña cuando sea necesario.