Sábado 30 de Abril de 2022 – Evangelio según San Juan 6,16-21

martes, 26 de abril de
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Al atardecer, sus discípulos bajaron a la orilla del mar y se embarcaron, para dirigirse a Cafarnaún, que está en la otra orilla. Ya era de noche y Jesús aún no se había reunido con ellos. El mar estaba agitado, porque soplaba un fuerte viento. Cuando habían remado unos cinco kilómetros, vieron a Jesús acercarse a la barca caminando sobre el agua, y tuvieron miedo. El les dijo: “Soy yo, no teman”. Ellos quisieron subirlo a la barca, pero esta tocó tierra en seguida en el lugar adonde iban.

 

Palabra de Dios

Santi Obiglio, sacerdote de la Arquidiócesis de Buenos Aires

 

 

En este tiempo de Pascua nos vamos encontrando con diferentes pasajes de los Evangelios. Los fines de semana nos van presentando sobre todo los encuentros de los discípulos con el Resucitado, pero durante la semana empezamos a rezar también con instantes de su vida de misión. Este es uno de esos momentos. Te invito a entrar en el relato de un modo particular, te invito a escucharlo como un recuerdo, sí, como un recuerdo… porque después de la Resurrección los discípulos habrán recordado, habrán hecho memoria de tanto compartido con el Maestro, y habrán comprendido mejor mucho de lo que habían vivido juntos.

Dice el Evangelio: Al atardecer, sus discípulos bajaron a la orilla del mar y se embarcaron, para dirigirse a Cafarnaún, que está en la otra orilla. Ya era de noche y Jesús aún no se había reunido con ellos. El mar estaba agitado, porque soplaba un fuerte viento.

Y tal vez hallan recordado esta escena por que en parte, podían haber sentido la muerte y resurrección de Jesús como una tormenta… en la que se hallaban distanciados del Maestro, sin Jesús en medio del mar agitado.

Pero recordaron que aquel día, Jesús se les acercó a la barca caminando sobre el agua, y les dijo: “Soy yo, no teman”, y en seguida tocaron tierra, llegaron seguros al lugar a donde iban.
– Te invito a que en este sábado puedas recordar también vos alguna situación en la que te hayas sentido agitado, nervioso, inquieto, desesperado quizás… pensando que la cosa estaba complicada, y que la presencia de Dios, la luz de la fe, la sabiduría de Jesús te ayudó a salir adelante.

Recordar para renovar la fe… recordaron los discípulos, recordemos también nosotros, pero aun más, el Resucitado no es un recuerdo, es una presencia viva, ¡dejate encontrar por Él!