Sábado 30 de Octubre de 2021 – Evangelio según San Lucas 14,1.7-11

lunes, 18 de octubre de
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Un sábado, Jesús entró a comer en casa de uno de los principales fariseos. Ellos lo observaban atentamente. Y al notar cómo los invitados buscaban los primeros puestos, les dijo esta parábola: “Si te invitan a un banquete de bodas, no te coloques en el primer lugar, porque puede suceder que haya sido invitada otra persona más importante que tú, y cuando llegue el que los invitó a los dos, tenga que decirte: ‘Déjale el sitio’, y así, lleno de vergüenza, tengas que ponerte en el último lugar. Al contrario, cuando te inviten, ve a colocarte en el último sitio, de manera que cuando llegue el que te invitó, te diga: ‘Amigo, acércate más’, y así quedarás bien delante de todos los invitados. Porque todo el que ensalza será humillado, y el que se humilla será ensalzado”.

 

Palabra de Dios

Padre David Pintos sacerdote de la Diócesis de Orán

 

 

En este texto del Evangelio nos cuenta que Jesús, así como los fariseos lo observaban, también los observa. Al notar el comportamiento de que querer ocupar los primeros puestos les enseña que ante todo debe guardar la humildad. No tener una actitud de ser superiores a los demás, de creer que valemos más que cualquier persona. Todos somos iguales en dignidad. No tenemos que hacer diferencias y como se diría no tener actitudes de discriminación. Si vemos bien el mensaje del Evangelio nos damos cuenta que el mensaje de respeto que hay que tener entre todos es desde hace muchísimo, no es nuevo.

Hay que ser como Jesús, humilde y generoso. La humildad es lo que tenemos que recuperar y vivir. Está virtud nos ayuda a derribar las diferencias entre nosotros y crear lazos fuertes de fraternidad. Justamente lo que necesitamos para vivir la propuesta que el Papa Francisco nos invita a vivir en el camino de preparación del Sínodo, “Caminar juntos”. Y para eso la humildad tiene que tomar un papal principal.

Vamos a pedirle a Jesús hoy la gracia de ser como él, la gracia de ser humildes. Jesús manso y humilde de corazón, haz mi corazón semejante al tuyo.