En el Evangelio de Hoy de entre todos los planteos que Jesús nos hace, hay una que es muy directa: “No se puede servir a dos señores”. Es un planteo muy profundo, muy radical. No podemos estar a medias frente a Dios. La cuestión es “O le amamos o no le amamos”.
Nosotros ¿A quién servimos? ¿A quién queremos servir? ¿Al dinero? ¿A la vanagloria? ¿A nuestro Yo? No podemos servir a dos amos, no se puede servir a dos amos. Porque como dice Jesús “o bien aborreceremos a uno y amaremos al otro, o bien nos dedicaremos al primero y no haremos caso al segundo. O servirnos bien o sino estaremos incorrectamente en el camino del Señor.
Jesús quiere que nosotros seamos “Todo de Dios”. Que seamos verdaderamente fieles, que lo demos todo. Jesús quiere ser amado totalmente como él nos ama a nosotros. Como diría Santa Teresita “no le neguemos nada” a Jesús. Le pidamos a Jesús esa gracia que es muy importante para nuestras vidas, la de servirle y amarle sólo a él, como lo hicieron tantos Santos.