Sean felices

domingo, 20 de noviembre de

Se le acercaron,

Él los esperaba,

con ternura les enseñó

de qué iba la Vida,

en qué consistía el Reino,

la entrega, el camino

y el Misterio del amor.

 

Ellos venían cansados,

sedientos de sus palabras,

querían reposo,

necesitaban parar

la marcha por un rato

y contemplar la vida

en perspectiva,

 

Jesús pronunció las bienaventuranzas,

las buenas noticias,

el trasfondo del Amor

y les dijo:

sean felices ustedes

que saben esperar y

acogen en mansedumbre

lo que cada día trae.

Sean felices ustedes

porque hay en sus corazones

hambre y sed de vida plena,

de paz, de amor y de justicia.

 

Sean felices ustedes

cuando se entregan

al trabajo en paz y por la paz

 

Sean felices haciendo

la voluntad de Dios

 

Sean felices porque

grande es y será la recompensa

de haber vivido en el Amor

 

Vida en abundancia,

plena comunión

que comienza hoy.