Señor, sacia mi sed.
Ante tantas aguas contaminadas de egoísmo, injusticia e incomprensión,
¡Dame a beber de tu amor!
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Ante tanta división, dame sed de fraternidad,
Ante tan poca mano tendida, dame sed de servicio,
Ante tanta comodidad, dame sed de entrega,
Ante tanto descarte, dame sed de encuentro.
Jesús, quiero beber continuamente de los sentimientos de tu corazón,
Que sean mi fuente y pueda volver continuamente a ellos,
Para dar de beber a los cansados,
Abrazar a los frágiles,
Darle lugar a los apartados de hoy.
¡Dame de beber, Señor de tu amor!
Fuente inagotable de gracia,
renueva todo mi ser,
para elegir por siempre el camino del Evangelio.
Amén