Desde lo profundo de nuestro corazón, te pedimos, Señor, nos concedas la Gracia que nuestras vidas sean “Betania”.
Junto al Sacerdote Fermín Negre, rezamos:
Quiero ser Betania
Betania, lumbre para quien sufre soledad en el alma; nido para quien vuela con alas, pero sin casa.
Betania, hogar para quien anhela compañía y una manta; fogón para quien añora comida cálida y cercana.
Betania, refugio para quien se siente perdido en la noche; hombro para quien llora su mal de amores.
Betania, banquete para quien está falto de risas y abrazos; y perfume para quien deambula con pies fatigados.
Quiero ser Betania, casa abierta, para todos y sin puertas, sin preguntar por identidades y procedencias. Quiero ser Betania y así acunar soledades y tristezas.
Carolina Lizárraga, SSpS.