Servir en respuesta agradecida

domingo, 20 de noviembre de
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Todo me ha sido dado,

he recibido la vida como don,

en mis manos se han puesto corazones

 

Cuidándome se me ha enseñado a cuidar

 

Yo era un tesoro escondido

hasta que otro,

que antes te había dicho sí,

me descubrió.

 

Y ahora me invitás a mí

a lustrar lo opaco,

a desenterrar lo sepultado,

a encontrar la Vida

en otros escondida

y festejarla.

 

Al modo del Sagrado

Corazón de Jesús,

con los ojos abiertos,

con el gesto tierno,

con la presencia certera,

con las manos abiertas y expuestas,

con el oído atento,

con los pies disponibles,

con el corazón enternecido,

con la vida entregada,

en respuesta agradecida

al que cada día

me llena de su Vida.