Hay días que te descubro Señor…
en el corazón de los jóvenes.
Hay días en que me robas una sonrisa, me quitas la soledad.
Hay días que mi tristeza se me va
cuando escucho sus voces, comparto algún secreto o alguna novedad,
cuando me animo a soñar con solo verlos,
con su florida adolescencia y la sabiduría de su edad.
Me olvido del tiempo, de los problemas y el que dirán.
Hay días Señor… que Getsemaní es mi desierto que se vuelve paz.
Emanuel Barrios