Te pido un oído atento

martes, 4 de junio de
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Jesús dame un oído atento a la realidad y el otro atento al evangelio.

Un oído atento a las mujeres que llevan pañuelo verde y el otro atento a la mujer samaritana.

Un oído atento a las mujeres de pañuelo celeste y el otro atento a la madre que clama por su hijito que se está muriendo.

Un oído atento a los seguidores de las redes sociales y el otro atento a los seguidores de Jesús.

Un oído atento a los jóvenes que vienen a misa y el otro atento al pueblo que tiene la mirada fija en Jesús en la sinagoga.

Un oído atento a quienes critican a los curas pedófilos y el otro atento Al que dice “ay de quién escandalice a uno de estos pequeños…”

Un oído atento a quienes critican las riquezas de la Iglesia y el otro atento a Jesús expulsando a los vendedores del templo.

Dame un oído atento a los diversas personas de diversos géneros y un oído atento a Jesús abrazando a todas las personas sin juzgarlas.

Dame un oído atento a quienes quieren que la iglesia salga a la calle y el otro atento a Jesús caminando de pueblo en pueblo y andando de orilla en orilla.

Dame un oído atento a los que sufren adicciones a la droga y dame un oído atento al buen samaritano.

Dame un oído atento a los que están presos y el otro atento a recordarme que los visite.

Dame un oído atento a los pobres de mi parroquia y el otro atento a Jesús eligiendolós como los privilegiados del Reino de los cielos.

Dame un oído atento a las notificaciones del celular y el otro atento a tantos prójimos que escriben.

Dame un oído atento a estos tiempos de la comunicación y el otro atento a Jesús hablando del Padre con nuevos lenguajes.

Dame un oído atento para escuchar a la gente cuadrada y el otro atento para escuchar a Jesús exhortando a los fariseos.

Dame un oído atento a los clericalismos y el otro atento a Jesús diciendo “entre ustedes no debe ser así”.

Dame un oído atento a las reuniones sin sentido y el otro atento a Jesús y los doce disfrutando el tiempo juntos.

Dame un oído atento a los que están solos y abandonados y el otro atento al envío misionero “de dos en dos”.

Dame un oído atento a mis hermanos sacerdotes y el otro atento a los apóstoles diseñando juntos la iglesia de los del camino.

Dame un oído atento a los que no creen en la sinodalidad y dame un oído atento a Jesús predicando las bienaventuranzas con sus discípulos.

Y dame tantos oídos como sean necesarios para escuchar al pueblo y al Evangelio.

 

Padre Hernán Ceballos