Tu divinidad en mi fragilidad

jueves, 16 de marzo de
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Que sepa buscar, Señor,
el modo en el que
yo te amo, te sirvo y te alabo,
para no hacer mi búsqueda
de itinerarios prestados,
para no convertir mi amor
en obligación debida,
para no servirte de mala gana,
para no alabarte desde la lejanía,
pues si no te reflejo, no te alabo.

Muéveme, Señor, a encontrarte,
a buscarte con sincero corazón,
porque cada año crezco
al adentrarme en tu Pasión,
al contemplar tu entrega de amor.

Ven, Señor,
sigue enseñándome
el arte de amar,
de no huir de lo que es,
de acoger la voluntad del Padre
con mansedumbre
y en libertad.

Pleníficame, Jesús,
mientras voy muriendo
a mi propio interés,
mientras me deshojo
de todo aquello
que me va alejando
de la hondura de tu amor.

En este doloroso unificarme,
resucite tu divinidad
en mi fragilidad,
bendito Misterio de amor y plenitud.