El mundo está lleno de gente buena, eso gustaba internamente mientras mis ojos hoy cristalinos veían el cielo y mi cuerpo se dejaba acariciar y atravesar por el aire.
Esta conciencia no quitaba que pudiera percibir gente buena pero cansada, gente buena pero desilusionada, gente buena pero desolada.
Afortunadamente, Dios nos ama con ‘pero’ incluido y mira con esperanza el fondo de nuestro corazón bueno y frágil.
El mundo necesita palabras que acaricien y no ruido vacío. Las escuelas necesitan que detrás del contenido haya sentido. El día vivido necesita plena entrega y pleno descanso.
Jesús, el mundo tiene sed de Vos. Enséñame a servirte.
Y decía: “El Reino de Dios es como un hombre que echa la semilla en la tierra: sea que duerma…
Al atardecer de ese mismo día, les dijo: “Crucemos a la otra orilla”. Ellos, dejando a la multitud, lo llevaron…
Al ver a la multitud, Jesús subió a la montaña, se sentó, y sus discípulos se acercaron a él. Entonces…
Llegaron a la otra orilla del mar, a la región de los gerasenos. Apenas Jesús desembarcó, le salió al encuentro…