Estar tranquilos y no perder el centro cuando todo anda bien es demasiado simple. Lo complejo es mantenerse centrado cuando el oleaje está agitado. Ahí te mostrás Vos, Señor, dando paz donde de lo contrario reinaría el caos.
Estar alegre cuando todo va viento en popa es lo lógico. En cambio, estar serenamente alegre en medio de las luchas cotidianas, eso, solo lo lográs Vos.
Tu Presencia se muestra en el saber afrontar el dolor y sufrir con mansedumbre. Vos nos enseñás a asumir la realidad con entereza, a abrazar la vida como viene.
Mi paciencia no basta cuando voy viento en contra, ahí me hace falta una dosis de la tuya que aguanta lo que de otro modo sería inaguantable.
Tu fortaleza se muestra en mi debilidad. Mi fe se muestra en cómo vivo mis días grises, en cómo asumo el dolor, en cómo espero en mansedumbre, sin desesperar ante lo que parece poco probable. Mi confianza en Vos se muestra en mi día a día. Tu Vida se muestra en mis gestos, que, en realidad, son todos tuyos. Es tu Presencia la que llena de Vida mis días.