Vaciarse para seguirlo

miércoles, 5 de marzo de

Hoy Cristo nos habla de su pasión y nos convoca a acompañarlo. «Si alguno quiere venir en pos de mí, que se niegue a sí mismo, tome su cruz cada día y me siga» (Lc 9. 23), nos llama para unir nuestros dolores al suyo, y para morir a nosotros mismos y al pecado. Y la cita con él no es «solo por hoy», sino «cada día». Nos quiere junto a él «ahora» y, para él, «ahora» es ‘siempre’.

Comenzó la Cuaresma, camino a la pasión y muerte, pero también a la resurrección. No olvidemos nunca que esa es la meta: morir a las resistencias y al egoísmo individualista, para resucitar a una vida cristiana honda, solidaria, de amor, disponibilidad y servicio. Recordemos que oración, limosna y ayuno no son un fin en sí mismos, sino medios para ayudarnos en este proceso de transformación profunda. Cada día tras los pasos de Jesús.