Vení a Galilea

viernes, 9 de abril de
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Basta abrirme a tu gracia

para intuir tu Presencia

escondida en mi cotidianidad.

 

Esperándome en ojos que me esperan.

Te me revelarás en mil ternuras,

como lo has hecho antes

y lo hacés siempre,

solo que a veces no te veo.

 

He de descubrirte una vez más

en el brillo de tantos ojos.

Hay voces que te nombran

aun sin pronunciarte.

 

Galilea de pan, agua y vino.

Presencia escondida en la mesa compartida.

 

Galilea y los amigos de siempre

los reencuentros de a veces

hay risas que resuenan dentro

miradas que abrazan

silencios compartidos que son oasis

en medio del ruido

 

El ir con otros hace al sentido

este deseo de darme

la sed de encontrarte

Tanto perderme, volver y hallarte.

 

El alma me arde de a ratos,

momentos sin tiempo.

Me conmueve lo humano,

la Vida me invita:

“Veni a Galilea, allí el Señor espera”.