Viernes 07 de Julio de 2023 – Evangelio según San Mateo 9,9-13

jueves, 6 de julio de
image_pdfimage_print

Jesús, al pasar, vio a un hombre llamado Mateo, que estaba sentado a la mesa de recaudación de impuestos, y le dijo: “Sígueme”. El se levantó y lo siguió.Mientras Jesús estaba comiendo en la casa, acudieron muchos publicanos y pecadores, y se sentaron a comer con él y sus discípulos.Al ver esto, los fariseos dijeron a los discípulos: “¿Por qué su Maestro come con publicanos y pecadores?”.Jesús, que había oído, respondió: “No son los sanos los que tienen necesidad del médico, sino los enfermos.Vayan y aprendan qué significa: Yo quiero misericordia y no sacrificios. Porque yo no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores”.

Palabra de Dios

Padre Cristian Salomón | Sacerdote de la Arquidiócesis de Rosario

Seguimos mirando y escuchando a Jesús, aprendiendo de su ejemplo, reconociéndolo como Mesías y Salvador.

Hoy Mateo nos presenta a Jesús como Aquel que conoce bien a quien llama para ser su discípulo, y por eso nos regala la escena de su propio llamado, estando a la mesa de recaudación de impuestos es llamado y Mateo lo sigue.

Después se junta a comer junto a sus discípulos y también se sientan también publicanos y pecadores, lo cual desata la pregunta de los fariseos y la respuesta de Jesús: yo he venido para los pecadores.

La buena noticia, Jesús aún conociéndonos, te sigue llamando como a Mateo, sabe de nuestras miserias y etiquetas, pero también conoce que profundamente querés seguirlo y tener vida en Él. Podes, podemos como mateo, también nosotros levantándonos, seguirlo, podes, podemos también sentarte, sentarnos a su mesa, reconociéndonos necesitados de su Palabra y Vida.

A veces es más fácil ponerse en la vereda de en frente, a cuestionar y calificar, lo hacemos mucho lamentablemente, presumiendo ilusamente que conocemos el corazón de Jesús y el de los demás,
Diosito nos capacite para poder sentarnos a la mesa en torno a Jesús, reconociéndonos necesitados, enfermos, débiles para poder experimentar en nuestro corazón la alegría de Mateo y sus hermanos.
No te quedes al cordón de la vereda, sumáte a la Mesa junto con aquellos que quieren escuchar y conocer a Jesús.

Que tengas lindo día, Dios te bendiga.