Era el día de la Preparación de la Pascua. Los judíos pidieron a Pilato que hiciera quebrar las piernas de los crucificados y mandara retirar sus cuerpos, para que no quedaran en la cruz durante el sábado, porque ese sábado era muy solemne. Los soldados fueron y quebraron las piernas a los dos que habían sido crucificados con Jesús. Cuando llegaron a él, al ver que ya estaba muerto, no le quebraron las piernas, sino que uno de los soldados le atravesó el costado con la lanza, y en seguida brotó sangre y agua. El que vio esto lo atestigua: su testimonio es verdadero y él sabe que dice la verdad, para que también ustedes crean. Esto sucedió para que se cumpliera la Escritura que dice: No le quebrarán ninguno de sus huesos. Y otro pasaje de la Escritura, dice: Verán al que ellos mismos traspasaron.
Al celebrar la solemnidad del Sagrado Corazón De Jesús no estamos celebrando una simple devoción a Cristo sino que estamos considerando el centro, lo más profundo de Cristo, su corazón humano y divino.
El corazón humano de Jesús que se convierte para nosotros en el modelo de una humanidad nueva de este corazón traspasado como nos narra el evangelio nacemos nosotros como discípulos, nace la Iglesia llamada a ser hospital de campaña en este tiempo tan difícil, llamada a ser oasis de misericordia.
Hemos nacido del corazón transpasado de Cristo estamos marcados por esta vocación de ser misericordia para los demás, de ser oasis de misericordia en un mundo difícil, tener los mismos sentimientos de Cristo es el proyecto de vida de cada uno de nosotros discípulos de Jesús.
Regálanos Jesús un corazón como el tuyo, un corazón con tus mismos sentimientos. Que tengan un hermoso día
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