Viernes 12 de Julio del 2019 – Evangelio según San Mateo 10,16-23

jueves, 11 de julio de
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Jesús dijo a sus apóstoles:

“Yo los envío como a ovejas en medio de lobos: sean entonces astutos como serpientes y sencillos como palomas. Cuídense de los hombres, porque los entregarán a los tribunales y los azotarán en las sinagogas. A causa de mí, serán llevados ante gobernadores y reyes, para dar testimonio delante de ellos y de los paganos. Cuando los entreguen, no se preocupen de cómo van a hablar o qué van a decir: lo que deban decir se les dará a conocer en ese momento,
porque no serán ustedes los que hablarán, sino que el Espíritu de su Padre hablará en ustedes.

El hermano entregará a su hermano para que sea condenado a muerte, y el padre a su hijo; los hijos se rebelarán contra sus padres y los harán morir. Ustedes serán odiados por todos a causa de mi Nombre, pero aquel que persevere hasta el fin se salvará. Cuando los persigan en una ciudad, huyan a otra, y si los persiguen en esta, huyan a una tercera. Les aseguro que no acabarán de recorrer las ciudades de Israel, antes de que llegue el Hijo del hombre.”

 

Palabra de Dios

 


P. Javier Soteras director de Radio María Argentina

 

Hoy Jesús, en el evangelio, nos invita a entrar por el camino del discernimiento con mansedumbre y astucia. Porque somos enviados como ovejas en medio de lobos, para eso hace falta caminar en paciencia, en prudencia, en paz, pero
con la astucia propia de quien sabe que enfrenta dificultades por el camino y que no la puede sortear con ingenuidad.

Para eso, la herramienta es “el discernimiento de espíritu”. En la regla de discernimiento de San Ignacio de Loyola se dan algunas pautas que podemos valernos a la hora de reflexionar y de afrontar la vida enclave discernimiento.

1- El que está en desolación, dice Ignacio, considere como el Señor le ha dejado en prueba en sus potencias naturales para que resista. Siempre tenemos la gracia de poder resistir a la tentación del enemigo. Puede con el auxilio divino, el que siempre le queda, aunque dice Ignacio claramente que a veces “no se lo siente”, pero está.

2- El que esta en desolación “trabajé para estar impaciencia”.  Es decir, enfrentar con la fuerza que se tiene la desolación y la tentación, pero también estar en paciencia. ¡No hay mal que dure 100 años! y por lo tanto hay que “ponerse por debajo de la tentación, esperando que esta pase”. No inquietarse demás.

3- La causa porque nos hayamos desolado son 3 principalmente:  Las que vienen de la negligencia por ser tibios, en nuestro ejercicio espiritual, en nuestra vida cristiana. También porque Dios permite esto para probarnos, a ver cuánto podemos sin sentir su mucha gracia. Y la tercera causa es, que Dios permite la desolación para darnos verdadera noticia y conocimiento para que internamente sintamos que, no es de nosotros traer o tener devoción crecida, amor intenso, lágrimas, ni otra consolación espiritual, sino que todo es Gracia de Dios.

 

¿Como se vence, en el camino de la tentación espiritual, para avanzar  entre “los lobos” que atentan contra nuestra condición de mansedumbre y humillada?  Por el camino de oración, por el camino de enfrentar la tentación. Por estar en paciencia. Por denunciar al tentador, que con falsas razones viene a visitarnos. Por un tiempo, con la capacidad de orar y ayunar con mayor insistencia y también pidiendo a otros también que recen por nosotros.

Te invito a salir de la ingenuidad, a encontrarte con el costado más manso, más humilde, más sencillo con el que Dios te visita, llamándote a la confianza y poniendo tu corazón, ¡claro que sí! para la lucha interior contra las tentaciones con la que el demonio busca sacarte del camino. Te mando un abrazo grande. Que tenga un hermoso día y que el Señor te regale en abundancia la gracia de discernimiento.