¿Con quién puedo comparar a esta generación? Se parece a esos muchachos que, sentados en la plaza, gritan a los otros:’¡Les tocamos la flauta, y ustedes no bailaron! ¡Entonamos cantos fúnebres, y no lloraron!’.Porque llegó Juan, que no come ni bebe, y ustedes dicen: ‘¡Ha perdido la cabeza!’.Llegó el Hijo del hombre, que come y bebe, y dicen: ‘Es un glotón y un borracho, amigo de publicanos y pecadores’. Pero la Sabiduría ha quedado justificada por sus obras”.
En Mateo 11, 16-19, Jesús dice “¿Con quién puedo comparar a ésta generación? Se parece a esos muchachos que, sentados en la plaza, gritan a los otros: ‘¡Les tocamos la flauta, y ustedes no bailaron! ¡Entonamos cantos fúnebres, y no lloraron!’. Es el capricho lo que define ésta situación, que es como encerrarse en sí mismo sin poder vincularnos saludablemente con lo que acontece , imposibilitando la adaptación a la misma, que no es fácil dada la complejidad con la que se presenta.
Todo cambia a una alta velocidad y con una profundidad muy honda, esto nos hace perder rápidamente el foco si no buscamos la manera de vincularnos con lo que acontece, buscando la mejor manera de adaptarnos. En la voluntad de Dios encontraremos esa capacidad y podremos salir de el lugar de encierro y capricho en el que muchas veces nos encerramos.