Viernes 15 de Noviembre del 2019 – Evangelio según San Lucas 17,26-37

jueves, 14 de noviembre de
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Jesús dijo a sus discípulos: “En los días del Hijo del hombre sucederá como en tiempos de Noé. La gente comía, bebía y se casaba, hasta el día en que Noé entró en el arca y llegó el diluvio, que los hizo morir a todos.

Sucederá como en tiempos de Lot: se comía y se bebía, se compraba y se vendía, se plantaba y se construía. Pero el día en que Lot salió de Sodoma, cayó del cielo una lluvia de fuego y de azufre que los hizo morir a todos.

Lo mismo sucederá el Día en que se manifieste el Hijo del hombre. En ese Día, el que esté en la azotea y tenga sus cosas en la casa, no baje a buscarlas. Igualmente, el que esté en el campo, no vuelva atrás. Acuérdense de la mujer de Lot.

El que trate de salvar su vida, la perderá; y el que la pierda, la conservará.

Les aseguro que en esa noche, de dos hombres que estén comiendo juntos, uno será llevado y el otro dejado; de dos mujeres que estén moliendo juntas, una será llevada y la otra dejada”.

Entonces le preguntaron: «¿Dónde sucederá esto, Señor?»

Jesús les respondió: “Donde esté el cadáver, se juntarán los buitres”.

 

 

Palabra de Dios


P. Gustavo Gatto sacerdote de la Diócesis de Villa María

 

Ya nos vamos acercando al final del tiempo litúrgico, del tiempo durante el año. Estamos ya prontos a comenzar un nuevo año litúrgico con el adviento. Y las lectura del evangelio se van poniendo quizá un poco extrañas, como en el evangelio de hoy, de Lucas, con un lenguaje apocalíptico, que es una manera propia de expresarse del tiempo de Jesús. No se nos quiere dejar un mensaje de temor sino un mensaje de esperanza.  ¡Un mensaje también de estar atentos! Las cosas de este mundo, pasarán. ¡El Señor no pasa! Por eso nosotros estamos llamados a ser, aquellos que somos peregrinos hacia el cielo.

Somos ciudadanos del cielo. Transitamos nuestra vida en la tierra comprometidos con las cosas de este mundo, pero sabiendo que el Único eterno, lo único que no pasa, es el reino de Dios, la presencia del Señor. Entonces, con esperanza caminamos hacia la promesa eterna comprometiéndonos con el reino de Dios, aquí en la tierra. ¡Que tengas un hermoso fin de semana!