Viernes 16 de Agosto de 2019 – Evangelio según San Mateo 19,3-12.

miércoles, 14 de agosto de
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Se acercaron a él algunos fariseos y, para ponerlo a prueba, le dijeron: “¿Es lícito al hombre divorciarse de su mujer por cualquier motivo?”. El respondió: “¿No han leído ustedes que el Creador, desde el principio, los hizo varón y mujer; y que dijo: Por eso, el hombre dejará a su padre y a su madre para unirse a su mujer, y los dos no serán sino una sola carne?

De manera que ya no son dos, sino una sola carne. Que el hombre no separe lo que Dios ha unido”.
Le replicaron: “Entonces, ¿por qué Moisés prescribió entregar una declaración de divorcio cuando uno se separa?”.
El les dijo: “Moisés les permitió divorciarse de su mujer, debido a la dureza del corazón de ustedes, pero al principio no era así. Por lo tanto, yo les digo: El que se divorcia de su mujer, a no ser en caso de unión ilegal, y se casa con otra, comete adulterio”.

Los discípulos le dijeron: “Si esta es la situación del hombre con respecto a su mujer, no conviene casarse”.
Y él les respondió: “No todos entienden este lenguaje, sino sólo aquellos a quienes se les ha concedido.
En efecto, algunos no se casan, porque nacieron impotentes del seno de su madre; otros, porque fueron castrados por los hombres; y hay otros que decidieron no casarse a causa del Reino de los Cielos. ¡El que pueda entender, que entienda!”.

 

Palabra del Señor


P. Nicolás Retes sacerdote de la Arquidiócesis de Córdoba

 

 

El tema del proyecto de vida.

Pensado en el matrimonio, pensando primero que nada en conocerse (y bien) a uno mismo, para luego conocer a otra persona con la cual compartir toda la vida, no es algo sencillo, no es algo fácil.

Exige de cada uno de nosotros, una verdadera búsqueda, primeramente para conocer cuáles son nuestras virtudes, nuestra capacidad, nuestros defectos, y también, obviamente hacer lo mismo con la otra persona, para realmente ver si hay compatibilidad, realmente si se puede armar juntos un proyecto de vida. Guiados por la Gracia de Dios, siempre es más fácil esto.

Cuando uno se saltea estos pasos, cuando realmente no se vive a pleno los dones recibidos y no, se guarda para sí ciertas cosas que debería compartir con los demás, uno se va alejando de esa voluntad que Dios tiene para cada uno de nosotros.

No todos, dice Jesús, en el evangelio de hoy, entienden este lenguaje. ¡Y claro! Este lenguaje es el lenguaje del amor, el lenguaje de la fidelidad, el lenguaje realmente de valorar al otro por lo que es. Por la imagen de Dios que hay en el.

Pensar el tema del divorcio, de la separación aisladamente, es difícil de comprender, de entender, cuando en la realidad hay que tomar el tema en su conjunto.

Este proyecto de vida, esta vocación que Dios nos ha regalado, El nos llama realmente a ser felices y por lo tanto nos da la libertad, para optar, para elegir, haciendo buen uso entonces de esta libertad recibida, conociéndonos y conociendo a los demás es más fácil entonces poder elegir y conformar, armar este proyecto de vida.