Jesús dijo a sus discípulos:”En los días del Hijo del hombre sucederá como en tiempos de Noé.La gente comía, bebía y se casaba, hasta el día en que Noé entró en el arca y llegó el diluvio, que los hizo morir a todos.Sucederá como en tiempos de Lot: se comía y se bebía, se compraba y se vendía, se plantaba y se construía.Pero el día en que Lot salió de Sodoma, cayó del cielo una lluvia de fuego y de azufre que los hizo morir a todos.Lo mismo sucederá el Día en que se manifieste el Hijo del hombre.En ese Día, el que esté en la azotea y tenga sus cosas en la casa, no baje a buscarlas. Igualmente, el que esté en el campo, no vuelva atrás.Acuérdense de la mujer de Lot. El que trate de salvar su vida, la perderá; y el que la pierda, la conservará. Les aseguro que en esa noche, de dos hombres que estén comiendo juntos, uno será llevado y el otro dejado; de dos mujeres que estén moliendo juntas, una será llevada y la otra dejada”.Entonces le preguntaron: «¿Dónde sucederá esto, Señor?» Jesús les respondió: “Donde esté el cadáver, se juntarán los buitres”.
Amigos y amigas de la Oleada Joven, hoy el Evangelio nos presenta un lenguaje un poco difícil, duro, es un lenguaje que está escrito en un modo que se llama apocalíptico que era muy propio de la época de Jesús.
En la Biblia hay varios libros, el libro de Daniel, el libro del Apocalipsis y todos los Evangelios terminan con una sección que se llama apocalíptica donde a través de imágenes, un poco difíciles de entender se nos habla de la promesa del cielo. Se nos habla del fin de los tiempos.
Por lo tanto dentro de este lenguaje difícil, se esconde un mensaje de esperanza pero también un mensaje que nos invita a estar atentos, a preguntarnos que estamos haciendo con nuestra vida, si la estamos de verdad disfrutando en sentido evangélico, es decir, entregándola o si la estamos mal gastando. Si tenemos nuestra mirada en el cielo, en la promesa del Señor con los pies en la tierra o estamos vivimos una vida muy superficial.
Por eso estos textos apocalípticos son textos de esperanza pero que nos invitan a estar atentos y vigilantes.