Jesús al entrar al Templo, se puso a echar a los vendedores, diciéndoles: “Está escrito: Mi casa será una casa de oración, pero ustedes la han convertido en una cueva de ladrones”. Y diariamente enseñaba en el Templo. Los sumos sacerdotes, los escribas y los más importantes del pueblo, buscaban la forma de matarlo. Pero no sabían cómo hacerlo, porque todo el pueblo lo escuchaba y estaba pendiente de sus palabras.
Viernes 19 Hoy el evangelio de Lucas nos presenta un episodio bastante fuerte, poco habitual en la vida de Jesús que es mostrarnos un Jesús enojado, un Jesús que echa a los vendedores del templo.
Me gustaría que nos detengamos en la contraposición de cada de oración y cueva de bandidos, que fuerte es que Jesús nos diga que hicimos de su comunidad, de su Iglesia una cueva de de bandidos. Hacer De la Iglesia la casa de todos, una casa de oración, de encuentro, de amor fraterno, de solidaridad de misión.
Una Iglesia que siempre necesita ser reformada, ser convertida. Que esta contraposición entre cueva de bandidos y cada de oración nos mueva a la conversión personal y comunitaria, individual y pastoral, para trabajar juntos por el Reino De Dios.
Que tengamos un lindo día.