Viernes 20 de Marzo del 2020 – Evangelio según San Marcos 12,28b-34

jueves, 19 de marzo de
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Un escriba se acercó a Jesús y le preguntó: «¿Cuál es el primero de los mandamientos?».

Jesús respondió: “El primero es: Escucha, Israel: el Señor nuestro Dios es el único Señor; y tú amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón y con toda tu alma, con todo tu espíritu y con todas tus fuerzas.

El segundo es: Amarás a tu prójimo como a tí mismo. No hay otro mandamiento más grande que estos”.

El escriba le dijo: “Muy bien, Maestro, tienes razón al decir que hay un solo Dios y no hay otro más que él, y que amarlo con todo el corazón, con toda la inteligencia y con todas las fuerzas, y amar al prójimo como a sí mismo, vale más que todos los holocaustos y todos los sacrificios”.

Jesús, al ver que había respondido tan acertadamente, le dijo: “Tú no estás lejos del Reino de Dios”. Y nadie se atrevió a hacerle más preguntas.

 

Palabra de Dios

Padre Marcelo Amaro sacerdote jesuita

El Evangelio de hoy deja en claro cómo Jesús entiende el amor a Dios y nos exhorta a vivir nuestra vida ejerciendo este amor que no es unidireccional, sino que, como me gusta decir muy caseramente, tiene tres patas.

La ocasión nos la da la pregunta que le hace un escriba sobre el primero de los mandamientos. Y, en el Evangelio de Marcos, Jesús va a ir más allá y va a decir que el primero, haciendo referencia a Deuteronomio (6,5), es éste: “Escucha Israel; el Señor nuestro Dios, es el único Señor; y tú amarás al Señor tu Dios, con todo tu corazón y con toda tu alma, con todo tu espíritu y con todas tus fuerzas”. Y añadirá el segundo, haciendo referencia al Levítico (19,18): “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”.

En el Evangelio de Marcos, cuando le preguntan por el primero de los mandamientos, Jesús no se queda solo con el primero sino que añade el segundo. Y agrega que “no hay mandamiento más grande que estos”. En el Evangelio de Mateo, en el paralelo a Marcos, va a ser más explícito aún. Jesús dirá que este primer mandamiento es semejante al segundo y que además de estos dos se desprende toda la ley y los profetas.

Se trata de algo central en el mensaje de Jesús, y esta centralidad la da el que no se puede separar el amor a Dios, del amor al prójimo y del amor a uno mismo. Tres ejes del amor cristiano que los vamos a encontrar desarrollados en toda la vida y el mensaje de Jesús.

Hoy podríamos hablar del “Amor en el tiempo del coronavirus”. Amarnos a nosotros mismos y cuidarnos, redunda en el amor al prójimo y en el cuidado de los demás. No podemos tener un cuidado sin el otro, así de clarito. Y aunque no esté dicho en los informativos o en la mayoría de la información que tenemos, en ese mismo cuidado se expresa el amor a Dios.

No se trata de un cuidado egoísta, un cuidado individual que no le importa nada el resto. Se trata de un cuidado informado, consciente y responsable, buscando que redunde en bien para otros; eso será alabanza, reverencia y servicio a Dios, eso será amor que se hace concreto en obras.

Igualmente, no debemos olvidad que el amor implica salir de nosotros mismos y cargar con la cruz cada día. Seguramente, este tiempo nos exige buscar modos de solidaridad en el que nos podamos ayudar unos a otros en tantas necesidades que van surgiendo y que podrán surgir. Abiertos a los desafíos cotidianos, dejémonos guiar por el Espíritu, para discernir la mejor manera de amar en este tiempo.

Y no puedo más que compartirles esta pregunta que me ronda diariamente: ¿Cómo me invitas, Señor, a amar en este tiempo del coronavirus?