Viernes 20 de Septiembre del 2019 – Evangelio según San Lucas 8,1-3

jueves, 19 de septiembre de
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Dijo el Señor: «¿Con quién puedo comparar a los hombres de esta generación? ¿A quién se parecen? Se parecen a esos muchachos que están sentados en la plaza y se dicen entre ellos: ‘¡Les tocamos la flauta, y ustedes no bailaron! ¡Entonamos cantos fúnebres, y no lloraron!’.

Porque llegó Juan el Bautista, que no come pan ni bebe vino, y ustedes dicen: ‘¡Ha perdido la cabeza!’. Llegó el Hijo del hombre, que come y bebe, y dicen: ‘¡Es un glotón y un borracho, amigo de publicanos y pecadores!’. Pero la Sabiduría ha sido reconocida como justa por todos sus hijos.»

 

Palabra de Dios

 

Padre Nicolás Retes sacerdote de la Arquidiócesis de Buenos Aires

 

¡Queridos amigos de Radio María Joven! El evangelio de hoy nos presenta a Jesús, que dice que sale a recorrer las ciudades, los pueblitos, va predicando y anunciando la buena noticia y el reino de Dios por todos lados.

A imagen de Jesús, nosotros también estamos llamados, hoy en el año 2019 con nuestros corazones jóvenes a salir a anunciar, en el medio de donde nos encontremos:

En la facultad.
En el colegio.
En el trabajo.
En la familia.
Con nuestros amigos.

¡Sembrar la buena noticia, del reino de Dios! Y a veces parece difícil, porque el auditorio, por ahí que tenemos, a lo mejor no tiene mucha fe y uno dice: “bueno, anunciando acá la palabra de Dios no me va a ir muy bien, porque quizás no la quieren escuchar”. Bueno, nunca supongamos nada, porque de antemano ¡No sabemos!.

Al contrario, la certeza que sí tenemos, es que Cristo nos ha confiado esta misión, de anunciar con palabras , con gestos, con obras, , con el buen ejemplo , el evangelio que da la verdadera vida.

Por eso esta Vida (que se escribe con mayúsculas porque hace referencia la Vida Eterna), es la Vida que nosotros tenemos que anunciar cada día, ¿no? en los ámbitos que nos movemos.  Pidamos al Señor entonces esta gracia que, a imagen de Jesús, así como el lo hizo hace 2 mil años, pueblito por pueblito, nosotros no nos cansemos de sembrar el reino de Dios.