Viernes 23 de Diciembre de 2022 – Evangelio según San Lucas 1,57-66

lunes, 19 de diciembre de
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Cuando llegó el tiempo en que Isabel debía ser madre, dio a luz un hijo. Al enterarse sus vecinos y parientes de la gran misericordia con que Dios la había tratado, se alegraban con ella. A los ocho días, se reunieron para circuncidar al niño, y querían llamarlo Zacarías, como su padre; pero la madre dijo: “No, debe llamarse Juan”. Ellos le decían: “No hay nadie en tu familia que lleve ese nombre”. Entonces preguntaron por señas al padre qué nombre quería que le pusieran. Este pidió una pizarra y escribió: “Su nombre es Juan”. Todos quedaron admirados. Y en ese mismo momento, Zacarías recuperó el habla y comenzó a alabar a Dios. Este acontecimiento produjo una gran impresión entre la gente de los alrededores, y se lo comentaba en toda la región montañosa de Judea. Todos los que se enteraron guardaban este recuerdo en su corazón y se decían: “¿Qué llegará a ser este niño?”. Porque la mano del Señor estaba con él.

Palabra de Dios

Padre Gustavo Gatto | Sacerdote de la Diócesis de Villa María

 

 

El día previo a la Nochebuena a la espera del naciente de Jesús, la liturgia nos presenta en el evangelio de Lucas el relato del evangelio de Juan el precursor, aquel que debía anunciar al cordero de Dios, aquel que debía anunciar que debemos prepararnos para recibir al mesías.

Es interesante en la figura de Zacarías, el padre de Juan Bautista como se le abre l boca y empieza a alabar las maravillas de Dios sus dudas de Fe, su falta de confianza en Dios lo había dejado mudo. El poder descubrir los signos de Dios y creer en ellos hace que se suelte su boca es un lindo signo de lo que produce en nosotros la Fe cuando podemos poner nuestra confianza en Dios y creer y podemos descubrir sus signo en medio nuestro se nos abre la boca para la alabanza para el anuncio para la construcción del reino.

Pidámosle al Señor que nosotros también podamos narrar las maravillas de Dios.

Que tengas un lindo día.