Un día en que Jesús oraba a solas y sus discípulos estaban con él, les preguntó: “¿Quién dice la gente que soy yo?”. Ellos le respondieron: “Unos dicen que eres Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, alguno de los antiguos profetas que ha resucitado”. “Pero ustedes, les preguntó, ¿quién dicen que soy yo?”. Pedro, tomando la palabra, respondió: “Tú eres el Mesías de Dios”. Y él les ordenó terminantemente que no lo dijeran a nadie. “El Hijo del hombre, les dijo, debe sufrir mucho, ser rechazado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, ser condenado a muerte y resucitar al tercer día”.
Hoy celebramos una advocación de la virgen muy querida para el pueblo de Dios, nuestra señora de la Merced, nuestra señora de las Mercedes que está relacionada a la liberación de los cautivos.
Hoy más que nunca debemos recuperar esta espiritualidad de la libertad, la Libertad que nos ha traído Jesús, Libertad de los Hijos de Dios, la Libertad que nos ayuda a escuchar la voz del Espíritu y a discierne juntos y a caminar. Recuperar esta espiritualidad de la libertad para luchar contra todo aquello que ata el corazón de las personas, que ata las sociedades, que nos esclaviza; el pecado expresado de muchas maneras.
Debemos recuperar esta espiritualidad de la libertad poniéndonos bajo el manto Materno de nuestra madre María de las Mercedes como en cana intercediendo por nosotros al pie De la Cruz recibiéndonos como Madre.
Que tengas un hermoso día.