El tetrarca Herodes se enteró de todo lo que pasaba, y estaba muy desconcertado porque algunos decían: “Es Juan, que ha resucitado”. Otros decían: “Es Elías, que se ha aparecido”, y otros: “Es uno de los antiguos profetas que ha resucitado”. Pero Herodes decía: “A Juan lo hice decapitar. Entonces, ¿quién es este del que oigo decir semejantes cosas?”. Y trataba de verlo.
Compartimos en este Viernes el evangelio de Lucas, en el capítulo 9 del verso 18 al 22. Allí, Jesús aparece en un entrecruces de caminos. Se está definiendo su suerte. Cesarea de Filipo, dice el texto de Marcos, es el lugar donde, se produce el diálogo con sus discípulos, acerca de la identidad de Jesús.
Esta que va creciendo hacia el mesianismo que se manifiesta plenamente en la entrega pascual de la cruz.“Está aquí en un momento crucial del camino” En el camino de la vida, de cada uno de nosotros, hay situaciones en donde se abren diversas posibilidades y hay que tomar una opción.
Sería, una serie de caminos entrecruzados y entre medio, un signo de pregunta. Cada uno de nosotros ubicado en el centro y nos preguntamos: Y ahora ¿por donde voy?.
Los caminos de la vida se cruzan en nuestro interior y nos piden una respuesta. Son momentos existencialmente de mucha densidad y peso. Ese peso de la respuesta marca un rumbo determinado, dejando al margen otros caminos.
En ese lugar se encuentra hoy Jesús con sus amigos, está por definirse la suerte de Jesús: A partir de ahora, el Señor, que ha elegido desde siempre la voluntad del Padre, descubre que es en la entrega y ofrenda de la vida, donde Su camino se marca definitivamente hacia adelante, hacia la manifestación plena de su identidad, en la pascua, en la Cruz.
Te invito a que en este día, puedas también vos preguntarte por tus caminos y por los caminos que Dios te invita a renovar y a reelegir en tu marcha. Que bueno que haya un entrecruces de camino y que bueno que tengas la posibilidad de elegir el mejor, el que el Señor te propone.
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