Jesús les dijo entonces esta parábola: “Si alguien tiene cien ovejas y pierde una, ¿no deja acaso las noventa y nueve en el campo y va a buscar la que se había perdido, hasta encontrarla? Y cuando la encuentra, la carga sobre sus hombros, lleno de alegría, y al llegar a su casa llama a sus amigos y vecinos, y les dice: “Alégrense conmigo, porque encontré la oveja que se me había perdido”.
Les aseguro que, de la misma manera, habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta, que por noventa y nueve justos que no necesitan convertirse”.
¡Feliz día del sagrado corazón de Jesús ! Qué el corazón abierto de cristo donde brota sangre agua alcance el tuyo, para que con Gracia de transformación y de sanidad el Señor desde dentro, te habilite para ver cómo tu vida se transforma en Él.
Lo expresa así la encíclica “Haurietis Aquas” a promover el culto al Sagrado corazón, se exhorta a los creyentes a abrirse el misterio de Dios y de su amor, dejándose transformar por Él. 50 años más tardes, sigue siendo siempre actual la tarea de nosotros los cristianos de continuar profundizando nuestra relación con Jesús y su sagrado corazón.
El costado traspasado de Jesús en la fuente en la que somos invitados a acudir a este lugar donde nos llama la encíclica. Debemos recurrir a esta fuente para alcanzar el verdadero conocimiento de Jesús en experimentar más en lo hondo su amor.
Decía el Papa Juan Pablo II: “ Junto al corazón de Cristo el corazón del hombre aprende a conocer el sentido verdadero y único de la vida y de su destino, comprender el valor de una vida auténticamente cristiana es evitar ciertas perversiones del corazón humano y unir el amor filial hacia Dios con el amor al prójimo”. Así, y esta es la verdadera reparación pedida al corazón salvador Jesús.
Son las ruinas, decía Juan Pablo, acumuladas por el odio y la violencia en la que vive la humanidad, se puede construir una verdadera civilización del amor, si volvemos a este lugar, fuente de transformación y vida, ¡el corazón de Cristo!.
Citando a San Juan, en su carta, dice el Papa Benedicto XVI, en “Deus Caritas est”: “Nosotros hemos conocido el amor que Dios nos tiene y hemos creído en Él, para subrayar, dice Benedicto, que en el origen del ser cristiano, está en el encuentro con la persona dado que Dios se manifiesta de modo más profundo a través de la encarnación del Hijo haciéndose visible en Él, es la relación con Cristo donde podemos reconocer quien es verdaderamente Dios.
Más aún, dado que el amor de Dios encontró su expresión más profunda en la entrega de Cristo y en su corazón abierto, allí es donde reconocemos nuestra verdadera identidad cuando, va a decir Benedicto, nosotros miramos “Al que traspasaron”. ¿Cómo lo miramos? – Contemplando en la oración, en el silencio.
En efecto dice Benedicto, sólo se puede ser cristiano dirigiendo la mirada a la cruz del Redentor, al que traspasaron.
Te invito a que tu mirada contemplativa en el día del sagrado corazón de Jesús se fije allí en el que traspasaron por nuestros pecados.
Lo traspasó el amor Dios el Padre, en el Espíritu Santo y nos atraviesa también a nosotros para incorporarnos a esa fuente de vida que el amor Trinitario en el corazón de Jesús . En el día del sagrado corazón de Jesús que tengas una hermosa jornada.
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