Viernes 30 de Junio de 2023 – Evangelio según San Mateo 8,1-4

miércoles, 28 de junio de
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Cuando Jesús bajó de la montaña, lo siguió una gran multitud.Entonces un leproso fue a postrarse ante él y le dijo: “Señor, si quieres, puedes purificarme”.Jesús extendió la mano y lo tocó, diciendo: “Lo quiero, queda purificado”. Y al instante quedó purificado de su lepra.Jesús le dijo: “No se lo digas a nadie, pero ve a presentarte al sacerdote y entrega la ofrenda que ordenó Moisés para que les sirva de testimonio”.

Palabra de Dios

Padre Cristian Salomón | Sacerdote de la Arquidiócesis de Rosario

Ultimo viernes del mes del Sagrado Corazón de Jesús y la Palabra nos regala este hermoso relato de la curación del leproso.

Jesús con sus palabras y hechos va generando interrogantes, sueños, deseos en los corazones sencillos y humildes, la mutitud que ve lo que sucede, cuenta a los demás que sana, que cura, que perdona, que tiene Palabras de Vida y seguramente es por eso que se le acerca este leproso, jugado y desesperado, a postrarse delante de Jesús, no perdiendo nada porque ya lo perdio todo (separado de su familia, enfermo, sin horizonte de vida, alejado a la fuerza de todos) pero pudiendo ganar todo.

Es así como se encuentra con Él, y sin vueltas le manifiesta a Jesús, postrado: Señor si quieres puedes purificarme” y Jesús más decidido aún, con simple pero profunda respuesta, lo purifica y sana. “Lo quiero, queda purificado”

La buena Noticia de este ultimo día del mes del Sagrado Corazón, es que Jesús quiere y puede purificarte, con sólo extender su mano, tocándote puede hacerlo.

Cuántas veces las heridas, las dificultades, los dolores y sufrimientos nos alejan de todo, nos dejan al costado del camino, sintiéndonos también alejados de todo, con nuestro corazoón y cabeza enrollado en las dificulades, desesperados y sin salida, y en realidad la purificación, la sanidad, la Luz, la respuesta sólo esta a un paso, jugado por cierto, pero solo a un paso: postrarnos ante Él pidiendole que nos purifique, reconociéndo que necesitamos y que sólo Él, puede sanarnos.

Cuantos hermanos nuestros que se encuentran apartados de todo, por distintas circustancias, enfermedad, condición social, adicción, que bueno sería que podamos ser aquellos que contemos lo que Jesús hace y puede hacer, a cuántos podes salvar con tu testimonio. No te quedes callado, conta lo que Él hizo en tu vida.

Si te hace falta, da el paso, postrate ante Jesús, pedile purificación, y no dejes de contar a todos de su Amor que sana y salva.

Que tengas lindo día, Dios te bendiga.